lunes, 30 de agosto de 2010

Historias de Ab3: El Viaje Divino

¡ATENCIÓN! LA SIGUIENTE HISTORIA PUEDE OFENDER A LECTORES SENSIBLES, GENTE QUE ODIE LAS SECUELAS DE LAS SECUELAS, Y AMANTES DE LOS DIBUJOS DE DISNEY, DE LOS CLUBS DE STRIP-TEASE Y DE LA SERIE “MANIMAL”

[Manimal era una serie de televisión que se empezó a emitir en el 83 en los EEUU; el protagonista era un profesor de zoología británico que enseñaba en una universidad de Nueva York, y tenía la facultad de (ojo al dato) transformarse en cualquier animal que quisiera. Hombre+animal = man+animal = manimal, ¿lo cogéis? En fin. Y obviamente usaba esa habilidad para luchar contra el crimen, claro. Faltaría más]

…Había jurado no volver a jugar al rol nunca más, pero aún así me encontré de vuelta en la mesa de juego. Mi otro único grupo de amigos sólo quería pasar sus noches en los clubs de strip-tease; y después de unas cuantas tardes haciendo eso, me dí cuenta de que daba igual con cuál grupo de amigos pasara el rato: en ambos casos iba a volver a casa frustrado y odiándome a mí mismo.

Y, por lo menos, jugar al rol era más barato.

Estábamos en el apartamento de un chaval llamado Nolan Nulo [en el original es “Nolan Void”; no sé si “void” (vacío, nulo, cero) es su apellido (lo cual sería raro pero ya me creo cualquier cosa) o un apodo, pero como me hace gracia, le llamaré Nolan Nulo. Y si no le gusta, que me demande], que era programador de ordenadores y actor de teatro. Era famoso por crear brillantes campañas roleras ricas en detalles y pobladas con personajes interesantes. Lamentablemente, la mayoría de sus partidas duraban dos sesiones, si tenías suerte. Nolan era bastante radical.

Así que ahí estábamos, en el apartamento de Nolan Nulo: El Disgusto, El Pervertido, El Cobarde, Johnny Tangente y yo. Psicópata Dave no estaba disponible, en parte debido a esa estúpida etapa William Shatner [el capitán Kirk] que estaba atravesando. Bastardo Tramposo estaba fuera jugando en un torneo de Warhammer; no porque le gustara, sino porque su meta en la vida era hacer llorar a los jugadores de wargames.

El Disgusto: “Todavía no entiendo por qué teníamos que venir aquí, cuando podríamos estar usando mi sótano.”

Yo: “Nunca volveremos a usar tu sótano, al menos hasta que un equipo de HAZMAT lo visite” [HAZMAT = Hazardous Materials, materiales peligrosos. Un grupo de expertos en seguridad doméstica].

El Disgusto: “¿Quién eres tú, mi mamá?”

Yo: “¿Intentó alguien asfixiarte mientras dormías?”

El Disgusto: “No.”

Yo: “Entonces no soy tu mamá.”

Johnny Tangente: “¿Sabéis? Creo que nunca deberían haber cancelado Manimal.”

El Cobarde: “Fue una tragedia nacional.”

El Pervertido: “Ursula Andress salía en el episodio piloto. Qué tía más cachonda.”

El Disgusto: “Manimal era una mierda. Como el coche de Ab3.”

El Cobarde: “Sí, ese programa estaba muy sobrevalorado.”

Nolan Nulo: “Bueno, vale, vamos a prepararnos para jugar. Estoy seguro de que encontraréis la partida muy…”

Yo: “Espera un segundo. ¿Estás metiéndote con mi coche?”

El Disgusto: “Tu coche es un herrumbroso amasijo de mierda. ¿Tienes algún problema al respecto?”

Yo: “Te he traido aquí en él porque tú no tienes coche.”

El Disgusto: “¿Y qué?”

Yo: “Que ¿cómo puedes criticar mi coche cuando tú ni siquiera tienes uno?”

El Disgusto: “Porque cuando mi abuela me compre un coche, será muchísimo mejor que tu montón de mierda.”

Johnny Tangente: “Bueno, de hecho, si expresaras el coche de Ab3 con atributos de Car Wars, lo encontrarías bastante impresionante” [Car Wars era una mezcla de juego de rol y estrategia con minuaturas donde los personajes conducían coches armados hasta los dientes en un futuro post-apocalíptico al estilo Mad Max].

Nolan Nulo: “Vale, se acabó, vamos al juego. Vais a interpretaros a vosotros mismos…”

El Pervertido: “¿Puedes repetir eso?”

Dios mío, qué cojones tenía. No sólo nos interpretaríamos a nosotros mismos, sino que el sistema era casi puramente narrativo. La mera idea llevó al pánico a algunos de los jugadores, pero Nolan era muy convincente. Muy pronto el nivel de entusiasmo de todo el mundo estaba bien alto otra vez, y empezamos a jugar…

Nolan Nulo: “Vale. Es simplemente un día normal y corriente para vosotros. ¿Qué están haciendo vuestros personajes, es decir, vosotros mismos?”

Yo: “Uhhhh…. ¿qué día de la semana es en el juego?”

Nolan Nulo: “Domingo.”

Yo: “Supongo que estoy trabajando.”

El Pervertido: “Estoy seguro de que yo me estoy despertando en la cama de una preciosa dama.”

El Cobarde: “Yo estoy en la iglesia.”

El Disgusto: “Yo estoy comprando cómics.”

Johnny Tangente: “Quizás estoy aprendiendo por fin a tocar el fagot.”

Nolan Nulo: “De acuerdo. A cada uno de vosotros, exactamente en el mismo momento, se le acerca una figura oscura envuelta en una gabardina plateada. Os llama a cada uno por vuestro nombre, y os dice que tiene un mensaje que transmitiros.”

El Disgusto: “¿Cuál es el mensaje, que David Bowie está vendiendo sus cosas en un mercadillo?”

Yo: “Le pregunto cuál es el mensaje.”

El Cobarde: “Yo grito bien alto a Jesús. ¿Cuál es el porcentaje de Intervención Divina en este juego?”

El Pervertido: “Yo me visto rápidamente, pero me aseguro de que el extraño visitante pueda verme mi enorme polla para que sepa lo que es la desesperación.”

Johnny Tangente: “Yo miro alrededor buscando algún TARDIS” [el TARDIS (“Time And Direction In Space”) era el hogar del Doctor Who en la serie de ciencia ficción del mismo nombre, con el que se transportaba a los distintos mundos y dimensiones donde transcurrían los episodios].

Nolan Nulo procedió entonces a relatarnos que esta figura misteriosa nos contó a cada uno que teníamos un destino especial pero que primero tenía que despertarnos. Esto sucedía casi una década antes de Matrix, y estábamos un tanto confusos y recelosos. Aún así, cuando metió la mano en un bolsillo y sacó un extraño cubo resplandeciente, todos le seguimos el juego, con una excepción…

El Disgusto: “¡Le ataco!”

Nolan Nulo: “Vale, huh… pues… fallas.”

El Disgusto: “¿Qué? ¿Qué?”

Nolan Nulo: “El tipo es demasiado rápido para tí.”

El Disgusto: “¡No, no lo es!”

Yo: “¿A qué viene eso?”

El Disgusto: “¡Seis meses de Tae Kwon Do! ¿Me estás escuchando? ¡Seis meses de Tae Kwon Do para ser cinturón negro! Soy un ninja blanco, ¿me escuchas? ¡UN ARMA VIVIENTE!”

Investigaciones posteriores probaron que esto era, técnicamente, cierto: El Disgusto había sido expulsado del Gimnasio de Artes Marciales de Harvey Whitstien llevando un cinturón negro. Por supuesto, el resto del gi [uniforme] de karateka de El Disgusto era igualmente negro; simplemente lo dejaba criando hongos en su taquilla entre clase y clase. El sensei Harvey expulsó a El Disgusto porque nadie podía soportar el pestazo ni un minuto más. Esto podría haber resuelto todos los problemas del gimnasio, pero esta “graduación temprana” había retorcido la mente de El Disgusto incluso más aún, y ahora insistía en que la razón de que tuviera un cinturón negro era porque él era la reencarnación de un ninja muerto hace muchos años, llamado “Shinobi”.

Y aún así nadie, ni siquiera los abogados de Nintendo, le llevaban la contraria en eso, porque entonces te retaría a un combate. Su estilo de lucha era una combinación de bofetadas y patadas a la entrepierna, aderezadas con chillidos tipo Bruce Lee, y nadie quería tomar parte en eso.

Nolan Nulo: “A pesar de que luchas con el extraño con valor, él consigue sacar el brillante cubo de su bolsillo y…”

El Disgusto: “¡Lo rompo! ¡Lo rompo!”

Nolan Nulo: “En cuanto lo tocas, sientes que tu mente estalla a un ritmo de un millón de veces la hora.”

El Disgusto: “¡No gritaré! ¡No importa lo malo que sea, no grito!”

Nolan Nulo: “Lo mismo os ocurre a todos los demás. El mismísimo universo parece derretirse a vuestro alrededor. Vuestros gritos son absorbidos por el rugiente caos que os consume.”

Johnny Tangente: “Yo me agacho en un ovillo e intento pasar desapercibido ante los perros de Tinados” [los perros de Tíndalos (que no Tinados) son parte de los Mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft, yviajan entre dimensiones consumiendo a aquellos que sean tan necios como para convocarlos].

Yo: “Yo grito.”

El Disgusto: “¡Cagón!”

El Pervertido: “Yo cierro mis ojos y empleo lo que pueden ser mis últimos segundos para fantasear con Christine McGlade.”

El Cobarde: “¿Quién?”

El Pervertido: “Christine McGlade, la de You Can’t Do That On Television.”

Johnny Tangente: “¿Moose?”

El Pervertido: “Oh, sí” [You Can’t Do That on Television (“no puedes hacer eso en la televisión”) fue un programa infantil norteamericano de humor surrealista popular durante los ochenta, y Christine McGlade, alias “Moose” (alce), era una de sus presentadoras].

El Cobarde: “¿Esa es tu tía buena definitiva?”

El Pervertido: “Y mi primera experiencia sexual.”

Yo: “Bueno, ya puedes dejarlo.”

El Pervertido: “Yo tenía quince años y en uno de los episodios ella había perdido sus ropas, y tenía que esconder su cuerpo desnudo detrás de una gran tarjeta de cartón.”

Yo: “He dicho que ya puedes dejarlo.”

El Pervertido: “Fue alucinante, no es que pudieras verle nada, pero aún así tuve esta increíble eyaculación espontánea…”

Yo: “¡Oh, por el amor de Dios!”

Probablemente no me hubiera cabreado tanto si no fuera porque él había tenido exactamente la misma primera experiencia sexual que yo…

Una vez que dejamos eso atrás, Nolan describió el extraño lugar en el que se encontraron nuestros personajes.

Nolan Nulo: “Bien, vale, todos os despertáis llevando unas túnicas blancas y…”

Johnny Tangente: “¡To-ga! ¡To-ga!”

Nolan Nulo: “…en el centro de la habitación hay un domo gigante…”

Johnny Tangente: “¡Lleno de cerebros de colores! ¡Apuesto 50 quatloos por el recién llegado!” [esto es una referencia bastante oscura a un episodio de la primera serie de Star Trek, donde Kirk llega a un planeta en el que unos cerebros parlantes secuestran alienígenas para que luchen entre ellos.]

Nolan Nulo: “…y en su interior podéis ver galaxias enteras girando lentamente. Hay…”

Johnny Tangente: “¡Dios mío, está lleno de estrellas!” [referencia a 2001, of course]

Nolan Nulo: “…figuras que parecen ser humanas y están vestidas con ropas negras y plateadas. El líder, el que se os acercó antes, avanza unos pasos y dice…”

Johnny Tangente: “¡Te arrodillarás ante mí, Jor-El! ¡Te arro- IIIIEEEEEEEEEEEEEE!”

El ataque salvaje de Nolan nos sorprendió a todos. No pensábamos que era capaz de eso, pero por otra parte a ningún master le gusta que le fastidien la partida. Cuando Nolan comenzó a hablar de nuevo, Johnny estaba repantingado estupefacto en su silla, con una bolsa de dados metida en la boca. [Jor-El era el padre de Superman, por cierto]

Nolan Nulo: “De acuerdo. El hombre os informa de que son los últimos supervivientes de los Amos de la Realidad y que el mismísimo universo se está muriendo.”

Yo: “Intrigante.”

El Disgusto: “Corta el rollo. ¿A quién tenemos que pegarle?”

Nolan Nulo: “El Amo de la Realidad os informa de que vuestra búsqueda no es de destrucción, sino de preservación. Os necesita para salvar a toda la creación, encontrando una manera de restaurar los almacenes de energía en su corazón.”

El Cobarde: “¿Tenemos que cambiar las pilas del universo?”

El Pervertido: “¿Por qué tenemos que salvar al universo? ¿Qué ganamos nosotros?”

Johnny Tangente: “¡Mmmph! ¡Mmmph!”

Yo: “Bueno, tiene algo de razón. Le pregunto a los Amos de la Realidad por qué no pueden hacerlo ellos mismos.”

Nolan Nulo: “Os explican que, si dejaran sus puestos, la realidad se destruiría en cuestión de minutos.”

El Cobarde: “¿Y cómo se supone que vamos a cambiarle las pilas al universo? No tenemos poderes, ni siquiera tenemos una nave.”

Nolan Nulo: “Los Amos de la Realidad dicen que os darán el poder necesario para hacer lo que debe hacerse. Os convertirán en dioses.”

Hubo un silencio tangible. Era uno de esos momentos que conozco bien como master: el momento en que un juego se convierte de repente en algo grande, o se viene abajo en seguida.

Johnny Tangente: “¿Mphl?”

Nolan Nulo: “Sí, dioses.”

El Disgusto: “¿Dioses-dioses?”

Nolan Nulo: “Os dicen: Tendréis el poder de crear y controlar la materia, pero ese poder conlleva una gran responsabilidad.”

El Cobarde: “Sí, pero seremos dioses, ¿no?”

Nolan Nulo: “Sí, dicen, pero el uso de esos poderes divinos absorberá la esencia vital del universo, así que debéis usarlos con cautela.”

El Pervertido: “Pero seremos dioses, ¿verdad?”

Nolan Nulo: “…”

El Disgusto: “Aceptamos.”

Y así, los Amos de la Realidad nos convirtieron en dioses usando algo que ellos llamaron “el Aparato de la Apoteosis”. Durante el proceso nuestros cuerpos fueron desintegrados molécula a molécula, y después reintegrados otra vez. Nolan incluso nos enseñó varias ilustraciones en láminas del proceso, y puso música de fondo de Emerson, Lake y Palmer para aumentar la experiencia.

Nolan Nulo: “Bien, vale. Cuando surgís del cristal rojo brillante os sentís mejorados. Vuestra forma física resplandece. Si hacéis una pausa podéis sentir el paso de los átomos, los secretos de la burbuja del universo desvelados en la superficie de vuestra mente.”

El Cobarde: “¿Somos dioses ya?”

Nolan Nulo: “Sí.”

Yo: “Le pregunto a los…”

Johnny Tangente: “Yo vuelo más rápido que la velocidad de la luz.”

El Cobarde: “¡Yo viajo a la superficie del sol y me doy un paseo por ahí!”

El Disgusto: “¡Yo me teleporto a Stonehenge!”

El Pervertido: “Yo transformo Marte en un duplicado perfecto de Gor [el mundo donde transcurre una serie de novelas erótico-fantásticas] y comienzo a esclavizar supermodelos.”

Yo: “Tíos, no creo que eso sea…”

Nolan Nulo: “Esto no es…”

El Pervertido: “Me convierto en un duplicado perfecto de Ron Jeremy [un actor porno famoso en los 80] esculpido en plata líquida.”

El Cobarde: “¿Ah, sí? Bueno, yo transformo mi cuerpo en el de un ángel, si Axyl Rose [un cantante] fuese un ángel… con ojos color morado.”

Johnny Tangente: “Yo adopto la forma de… ¡Donny Osmond!” [otro cantante]

El Disgusto: “Yo reduzco el tamaño de Stonehenge y lo consumo. Entonces encuentro cada lugar sagrado del mundo, y lo consumo.”

Nolan Nulo: “Vale, pero entonces tu poder podría…”

El Disgusto: “Entonces refloto Ryleh de debajo del mar y absorbo la fuerza vital de Cthulhu.”

El Pervertido: “¡Yo le doy vida a todas las tías buenorras de dibujos animados de Disney y me las tiro una a una! A todas: Ariel, la Bella, Blancanieves, Bambi…”

Yo: “Bambi era un macho.”

El Pervertido: “Sí, claro. ¿Quién va a darle a una stripper el nombre de un reno macho?”

El Cobarde: “Yo le doy vida a todos mis personajes de D&D y luego me los llevo a Denny’s para disculparme por las tiradas tan terribles que saco” [aquí me pierdo yo mismo. Denny’s es una cadena de restaurantes de carretera... supongo que es un juego de palabra entre “rolls = tiradas de dado” y “rolls = rollitos (de carne, de primavera)”, pero la verdad es que no lo sé].

Johnny Tangente: “Yo hago que pongan una nueva serie de Manimal en la tele y que Josh Wheaton la escriba [uno de los creadores de Buffy la Cazavampiros]. Y yo la protagonizo.”

El Disgusto: “Y ahora creo un palo del dolor, usando materia extraña. Entonces obligo a los elfos a que me hagan un traje de ninja de mithril.”

Nolan Nulo: “N-no… no hay elfos en esta partida…”

El Disgusto: “¡Entonces creo unos cuantos elfos y les obligo a obedecerme!”

El Pervertido: “¡Y ahora yo me tiro a Christine McGlade y la convierto en mi reina! Juntos gobernaremos Nuevo Gor.”

El Disgusto: “¡Con mi nuevo y mejorado palo del dolor, y mi traje de ninja de mithril, me teleporto de vuelta a donde estábamos y le doy a Ab3 una PALIZA NINJA CÓSMICA!”

Yo: “¿Qué?”

El Disgusto: “¡Ya me escuchaste! ¡Sólo puede quedar uno, ZORRA! ¿Qué dado tengo que tirar para atacar? Hey, Nolan, yo… ¿a dónde se ha ido?”

Pero Nolan se había encerrado en el cuarto de baño y rehusaba salir. Nunca volvió a dirigir una partida de rol, pero algunos de los chicos dicen que han visto un personaje con su nombre en Everquest, caminando por los bordes del mundo del juego, y murmurando a cualquiera que se para a escucharle algo sobre extrañas conspiraciones que involucran a ninjas y a los Osmond.

Yo dejé a un cabreado El Disgusto en la parada del autobús con El Pervertido y El Cobarde. Johnny Tangente y yo nos dirigimos a La Trampilla de la Teta, un club de strip-tease local. Después de todo, la noche aún era joven.

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