
Su desaparición fue tal que bajo hasta los mismísimos infiernos del Hades, durmiente a Cerbero con su canto y presentando represalias al dios de la muerte, que acabo llorando lágrimas de plata (al menos en una de las versiones que he leído yo), al final este accede a devolverle a su amada, pero bajo una condición, ella iría detrás suya, y el no podría mirarla ni dirigir palabra con ella hasta que no volviese al mundo de los vivo. Orfeo dio marcha para abandonar las tierras sin sombra, con la incertidumbre de no saber, si verdadera mente estaba ahí su amada, ya se porque creyó haber llegado, o por incredulidad curiosa, Orfeo giro su cabeza, y vio a Euricíde siendo arrojada por el Hades ya para siempre. Despues de eso Orfeo volvió a la tierra, y su desaparición acompaño a su música hasta que fue brutalmente asesinado por las Menades y Bacantes.
Hoy he estado recordando este mito y no he podido evitar imaginarme a Orfeo, vestido de luto, tocando con su lira esta canción:
1 comentario:
Mmm, mi apolíneo... ¡Me encanta! ésta fue una de los primeros relatos de mitología griega que escuché, cuando era muy muy pequeña y aún no sabía esa distinción entre "lo apolíneo" y "lo dionisiaco"...
Publicar un comentario