martes, 30 de marzo de 2021

¡El Mal esta aquí!


EL POSABIRRAS DEL MAL: LA BALADA DEL UNICORNIO NEGRO

Cómic de terror.
8 páginas.
Formato digital.
b/n
Guion: Rafael Verdejo (Rafagast).
Dibujo: Rocío Morón (Toru)
Precio: 1´5 €

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martes, 17 de marzo de 2020

LA GÁRGOLA: LA MÁSCARA DE BAPHOMET


«Violo la historia, es cierto. Pero le hago bellas criaturas».
-Alejandro Dumas.
18 de marzo de 1314.
La Catedral de Notre Dame se encontraba en la isla de la Cité, en medio del rio Sena. Era el corazón de la ciudad de Paris y en la antigüedad había sido un lugar de culto tanto para los celtas como para los romanos. Lo que se iba hacer aquella noche no tenía nada de sagrado.
Jacques Bernard de Molay, último Gran Maestre de la Orden del Temple el cual llego a entrar en Tierra Santa en 1298, iba a ser condenado a la hoguera acusado de sodomía, simonía, herejía e idolatría. Cargos que había confesado, bajo tortura, claro está. En realidad aquella ejecución estaba movida por algo más prosaico que por cuestiones de fe y moral, el vil metal. Todos los templarios hacían voto de pobreza, siendo todas sus posesiones en realidad propiedad de la Orden, pero controlaba las rutas de peregrinación y el mercado de reliquias, así como hacían préstamos a nobles y reyes. Como organización los caballeros templarios era los más ricos de toda la Cristiandad y como en caso de herejía el acusador podía hacerse con los bienes del acusado, Felipe IV de Francia y el Papa Clemente V vieron la oportunidad deshacerse de la Orden una vez que Jacques de Molay se negó a participar en el proyecto Rex Bellator, propuesto por Raimon Llull y que pretendía unificar todas las órdenes militares. De una forma u otra, la Orden del Temple estaba condenada a desaparecer.
Jacques se había retractado de su confesión, y por eso mismo iba a hacer en la hoguera. Era un hombre obstinado, como todos los cruzados, y prefería la muerte, por horrorosa que fuera, antes que vivir sin honor. Por desgracia Felipe IV y el Papa Clemente estaban dispuestos a concederle ese deseo.
Estaba atado frente a la catedral, a vista de todos, vistiendo solo con un sambenito blanco con una cruz de San Andrés y un capirote ornamentado con formas de demonios. Antes de prender las llamas le preguntaron una vez más si se arrepentía de sus pecados, no para salvarlo del fuego sino para que el verdugo tuviera la compasión de partirle el cuello y no sufrir la agonía de las llamas. Una vez más Jacques de Molay se retractó de su confesión.
Cuenta la leyenda que estaba siendo consumido por las llamas, y con su último aliento, miro a sus acusadores a los ojos con una rabia mayor que el fuego que lo rodeaba y grito:
—Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón. Dios vengará nuestra muerte. Señor, sabed que, en verdad, todos aquellos que nos son contrarios, por nosotros van a sufrir Clemente, y tú también Felipe, traidores a la palabra dada, ¡os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!... A ti, Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año…



29 de noviembre de 1314.
El otoño en Foutauneblau era una buena época para cazar, no hacia tanto calor como en verano como para salir y la mayoría de animales no estaban tan ocultos como en invierno. La caza era una actividad muy popular entre la nobleza y realeza en Europa, junto a las justas ayudaban a los caballeros mantenerse en forma y practicar la equitación, y en ese caso, la puntería y el tiro con arco.
Habían pasado ya ocho meses desde la ejecución de Jacques de Molay, la leyenda de su maldición se había extendido entre el pueblo llano como una mala peste, y la muerte del Papa Clemente V un mes después no ayudaba. Pero Felipe IV de Francia, apodado el Hermoso, no creía en maldiciones y aunque había aceptado la petición de sus nobles de aumentar su seguridad no estaba dispuesto a perderse una buena temporada de caza. Después de toda una mañana cabalgando el monarca paro su caballo, su sequito y escolta se detuvo tras él.
—¿Ocurre algo su alteza? —pregunto uno de sus pajes.
—Llevábamos rastreando desde que salió el sol y todavía no se avistado presa alguna —respondió con tono de frustración.
—A lo mejor —dijo titubeante—, deberíamos volver al campamento.
La mirada que le echo el monarca lo decía todo, estaba claro que no volvería sin una presa. Para él era una cuestión de dignidad, honor y orgullo. Muchas palabras que se resumirían en ego.
—De hecho, volveos todos. No os necesito para cazar una bestia.
—Mi alteza, no creo que sea juicioso dejarle solo en el bosque.

Otra mirada, fue todo lo que necesito Felipe IV para callar definitivamente a aquel paje. El monarca arreo a su caballo el cual galopeo hacia al bosque cual centella, el paje trato de avisarle pero entre la presteza del monarca y que aún no había recuperado su voz tras el susto fue inútil. A su lado paso la escolta avanzando como flechas para seguir a su rey. El paje se quedó solo con su caballo sin saber si seguir adelante o volver al campamento. Bien sabía que su señor no toleraba a los cobardes pero algo muy dentro de él le decía «huye». Había algo en aire, en aquel sepulcral silencio, lo sabía pero no sabía el qué. Miro a su alrededor tratando de averiguar el origen de aquella desazón y entre los fríos árboles vio una sombra alzarse. Una figura antropomórfica que se antojaba más bestia que humana, no por su forma sino por gesto y postura, y cuya testa se encontraba coronada por dos enormes cuernos. El joven paje se quedó paralizado de terror al ver surgir de los infiernos al mismísimo Satanas. No dispuso a su montura a galopar hasta aquel endriago volvió su rostros hacia él, cabalgo como alma lleva al Diablo —nunca mejor dicho— hasta llegar al campamento. Cuando el resto de sirvientes que custodiaban el lugar le preguntaron que había ocurrido fue incapaz de decirlo, era incapaz de decir nada. El demonio le había robado la voz del susto.



Felipe seguía cabalgando en mitad del bosque, tras de sí escuchaba los cascos de los caballos de sus guardaespaldas. Sabía que aunque les ordenase que se marchasen no le iban a dejar solo, pero nada le impedía tratar de burlarlos. Si no iba a conseguir una res de caza al menos echaría una buena carrera. Más tarde le volvería a tocar gobernar, tratar asuntos de estado entre nobles y clérigos, ahora quería divertirse un poco. En su política expansionista había conseguido controlar las regiones de habla francesa al este del río Saona y el reino hispano de Navarra gracias a su matrimonio con Juana I, hija de Enrique I y Blanca de Artois. Además, para asegurar la estabilidad de su reino, había conseguido casar a sus hijos Luis, Felipe, Isabel y Carlos; su hijo Roberto, el más pequeño, había fallecido unos años atrás en flore adolescentiæ suæ imposibilitando otra alianza ya que no pudo realizarse la boda concertada que tenía desde los nueve años con Constanza de Sicilia. Aunque el arreglo político era lo que menos le dolía de toda aquella desgracia. Para el ir de caza era una forma de olvidar todo aquello, cuando estaba de caza se volvía a sentir como un niño y podía olvidarse de la política, del precio del poder, del dolor y la perdida.
Unos meses antes había ocurrido el escándalo de la torre de Nesle, el casi destruía todos sus esfuerzos en cuanto política externa se refería. Su hija Isabel, estando de visita junto a su marido Eduardo II de Inglaterra, había denunciado el adulterio de sus cuñadas con dos caballeros normandos: los hermanos Gautier y Philippe d´Aunay. Felipe IV mando investigar a los presuntos y más tarde los hizo apresar y torturar hasta que confesaran sus crímenes, como anteriormente había hecho con el último Gran Maestre Templario. Una vez confesaron los ordeno castrar, degollar y decapitar; no recordaba muy bien en qué orden. La brutalidad de su castigo se debía no solo a la deslealtad a la corona sino al peligro en el que habían puesto a su línea sucesora. Sus nueras, en cambio fueron rapadas en público como castigo y Margarita de Borgoña, esposa de su hijo Luis, fue encerrada en lo alto de una torre en la que aun seguía. Había sido todo un asunto muy turbio y tuvo que actuar con celeridad y contundencia, había dejado una enorme mancha en su familia y su hija Isabel, por todo esto, se había ganado el apodo en Inglaterra de la Loba de Francia.
Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando dejo de escuchar el galopar de su escolta, cabalgo buscando soledad y la había encontrado. Se encontró solo con su caballo rodeado de viejos árboles, él había nacido allí y desde niño había sentido que aquel bosque le llamaba. Una vieja criada le contaba antiguas historias de terror para alejarle de aquellos bosques, le contaba como antaño viejos druidas hacían sacrificios humanos a dioses astados, que actualmente son el rostro de Belcebú, las noches de luna llena y que sus por sus pecados sus almas seguían allí adoptando formas de animales dispuestos a acechar a todo aquel buen cristiano que se adentrara sin protección en los bosques. Cuentos de viejas que con el tiempo aprendió a ignorar y hasta olvidar, pero en aquel momento y durante un instante Felipe IV de Francia y I de Navarra, aquel apodado el Hermoso, había vuelto a ser aquel niño que atemorizaban con relatos de brujos y loup garous.
No supo en que momento su mano fue a parar al crucifijo que llevaba colgado del cuello. Fue un acto reflejo, un tic nervioso nacido de un mecanismo de defensa nacido de su educación cristiana y los cuentos de terror que le contaron de pequeño. Cuando se dio cuenta de lo que había hecho se rio de la idea de volviese a creer en historias de fantasmas y volvió a llevar su mano a las riendas del caballo.
En ese momento, vio una sombra entre los árboles. Una figura oscura con cornamenta de alce. Una presa. Agarro con fuerza las riendas y azoto a su caballo para que rompiera a galopar, raudo cual centella marcho hacia la dirección donde había oteado a la figura de astada testa. Cuando estaba a cerca de donde vio a la criatura una cuerda se estiro entre el forraje del bosque haciendo que el caballo tropezara y volcara. Felipe IV vio el cielo y suelo dos veces antes de tocar la tierra, lo siguiente que vio fue su caballo incorporarse y marcharse asustado tras la caída. Su vista estaba nublada por el golpe, y pronto empezó a teñirse de rojo debido a una brecha que se había hecho en la frente, pero aun así pudo ver la sombra que se cernía sobre él.
Salvo por la cornamenta la figura frente a él era humana, le agarro por los hombros y lo levanto. Felipe llevo su mano hacia el mango de su espada pero, no sabía decir si por la conmoción que sufrió o porque aquel ser le ganara en reflejos, su captor le agarro el brazo por la muñeca y se lo retorció antes de que pudiera desenvainar su arma. Lo siguiente que hizo fue agarrar al monarca del cuello y empujarlo hasta un árbol, Felipe se sorprendió de la fuerza desmesurada que aparentemente tenía su atacante.
—Por favor… —suplico el rey de Francia y Navarra con el poco aliento que podía sacar de su cuello—soy el hombre más rico y poderoso de Francia, si me perdonas la vida no tendrás que trabajar más.
Poco a poco su vista se fue focalizando más y pudo distinguir las facciones de su agresor, era una máscara. Un rostro demoniaco, similar al del Baphomet al que supuestamente adoraban los templarios. Si aquello no era suficiente para helar la sangre del monarca la frase que acto seguido pronuncio el enmascarado fue el último clavo que le dio a comprender a Felipe IV que su destino estaba sellado.
Non nobis, Domine, non nobis. Sed Nomini Tuo Da Gloriam[1].
Ese era el lema de los caballeros templarios, a cuyo último Gran Maestre había condenado a la hoguera meses atrás y el cual dedico sus últimas palabras y aliento a maldecir al papa Clemente V y a él. Felipe recordó que había sido el mismo quien puso la Sede Papal en Aviñón para tener al Sumo Pontífice más controlado, pero había subestimado a la Orden del Temple y a su poder en la sombra. Sin duda la muerte de Clemente no había sido causal y tampoco lo iba a ser la suya.
—No, no, no, lo siento… —no pudo decir más, pues aquel enmascarado le tapó la boca y acto seguido empezó a darle cabezazos como si de un macho cabrío se tratara. Su máscara era dura y tenía varias púas que se incrustaban en el rostro del monarca. Felipe IV tardo un rato en perder el conocimiento por el dolor…


Los caballeros que escoltaban al rey tardaron un rato encontrarlo, lo reconocieron por sus ropajes pues su rostro había sido completamente destrozado. Debido a que no había desvainado su espada y que no le habían robado ni la bolsa ni ningún objeto de valor que llevaba encima, pensaron que se trató de una desgraciada caída del caballo. Su cuerpo fue enterrado en la capilla de Saint –Denis, pero durante toda ceremonia fúnebre el cetro permaneció cerrado. Ya no se le podía llamar el Hermoso.
Aunque nadie lo supiera, esa fue la primera aparición de La Gárgola…


[1] En latín ‘No a nosotros, Señor, no a nosotros. Sino a Tu nombre sea dada la gloria’.

martes, 23 de febrero de 2016

Ejemplo de guión de cómic: La Librería de los Horrores

Si no ando muy errado, hoy se habrá publicado en la página web de NEUH un artículo, escrito por mí, sobre el proceso de escriturade un guión de cómic. Para completar un poco la información dada me he planteado realizar este articulo mostrando lo que NO SE DEBE DE HACER.

Como ya dije por aquí, escribí hace ya dos años el guión de La Librería de los Horrores. Por aquel entonces no conocía la magia del Celtx ni había recibido clases de guión (hasta entonces era bastante autodidacta). Así que, aunque esté muy contento con el resultado del trabajo, cuando saqué del baúl de los recuerdos el guión me lleve una impresión tal que casi reacciono como el nazi que se le funde la cara al abrir el Arca de la Alianza en Indiana Jones.

Veréis varias diferencias entre el texto original y la página pero es que, para empezar, el guión nunca es algo estático, sino que experimenta innumerables cambios hasta que es filmado y/o dibujado. También veréis que hay diversas anotaciones de Toru y mías, la relación entre guionista y dibujante durante el proceso creativos es un tira y afloja que pondrá a prueba vuestra amistad, si lucháis por ella tendréis un amigo para toda la vida…
…o lo que dure en producirse vuestro cómic.

Los errores que cometí en esta página, y que se deben de evitar, son los siguientes:

1.    Descripciones demasiado escuetas: no tenéis que ser Tolkien gastando páginas para describir un paisaje, pero tampoco os quedéis cortos.
2.    Resaltar lo importante: el grafiti final que complementa el título del cómic debería haberlo recalcado más en la viñeta 3. Además sumando a lo anterior, tenía que haberlo descrito como un grafiti rojo que parece estar hecho con sangre  y no dejar que Toru lo intuye o que me lea la mente (mea máxima culpa).
3.     Sintetizar los diálogos: error recurrente de guionista. Toru me tacho ese «de la noche» de la viñeta 3 por motivos que hay añadidos en las anotaciones.  Generalmente debes evitar que el diálogo pise la imagen y viceversa.

Dicho esto espero que disfruten con el despiece de la primera página de La Librería de losHorrores:

PDPor cierto, hoy es martes y hay nueva tira.

PÁGINA 1
Viñeta 1
1/3 V x 1/3 H (Viñeta dentro de la viñeta 1.3)
Plano Entero/ Ángulo Horizontal
Sauron está esperando frente al escaparate de su librería como en la viñeta primera de la serie, salvo que está al lado izquierdo en vez del derecho.  Se ve en la puerta el título de “LA LIBRERÍA”.
NARRACIÓN
Esta no es una historia al uso.
TITULO (BL)
La Librería
PÁGINA 1
Viñeta 2
2/3 V x 1/2 H (Viñeta dentro de la viñeta 1.3)
Primer plano de Sauron girando la cabeza mientras alguien le habla (Elisabel).
ELISABEL(OS[1])
Bueno…
NARRACIÓN
No es una historia del día a día.

PÁGINA 1
Viñeta 3
1 V x 1/2 H (Viñeta a sangre)
Plano Entero/Ángulo Horizontal
Se ve a Elisabel en el lado derecho de la viñeta, tiene los brazos cruzados y la expresión molesta.
NARRACIÓN
No es una historia de chico-chica.
ELISABEL
…espero que tengas una buena razón para citarme a estas horas de la noche.[Toru1] [Rafagast2] 
PÁGINA 1
Viñeta 4
1 V x 4/6 H
Esta es complicada de describir, a la derecha de la viñeta se vería la mitad superior de la cabeza de Sauron (vamos que está cortada por el plano) y su mano haciéndole un gesto a Elisabel, que está detrás suya, para que le siga). Al lado izquierdo se vería la cara de Elisabel (esta entera) mirando a Sauron extrañada.
SAURON
Ven…
NARRACIÓN
Esta historia…
PÁGINA 1
Viñeta 5
1 V x 5-6/6 H
Ángulo Picado/ Ángulo (EL QUE TE  LA GANA)
Abandonan la puerta de La Librería mostrando solo la puerta y el título el cual Sauron estaba tapando, ahora se ve el título entero. Las dos sombras de Sauron y Elisabel se proyectan sobre este.
SAURON (OS)
…tengo algo que enseñarte.
TITULO (BL)
NARRRACIÓN
…es una historia sobre la supervivencia.
CRÉDITOS



[1] OS= Off Screen (Fuera de escena)






 [Toru1]No voy a poner este cacho porque 1) así reduzco el bocadillo 2) el cómic es a color. Ya se ve que es de noche xD


 [Rafagast2]Por la noche las cosas dan más miedo.
EDIT: Me parece correcto, de hecho esto ha sido un fallo mío como guionista, no tendría que haber puesto por escrito una información que se puede apreciar en el dibujo.


 [Toru3]Se me olvidó comentárselo, pero esto me lo imagino escrito en la pared con pintura color sangre chorreante (o sangre, chan chan chan). Y todo con una perspectiva de un punto a la izquierda muy chula. No sé por qué a la izquierda. Ah, sí, porque así “de los horrores” queda grande y, “La Librería”, que ya se había leído, pequeño.


 [Rafagast4]Yo también había pensado que “de los horrores” fuera como como sangre chorreante (Podríamos hacer esta viñeta a sangre para que fuera sangre a sangre jejejeje). Lo de la izquierda tu misma lo has dicho.
EDIT: Lo de los grafittis no lo había pensado, pero ahora que lo dices me gusta.


 [Toru5]Me queda feísimo todo tan lleno de cuadraditos. Lo voy a poner como si fuera una firma en la pared de esas que hacen los niñatos con rotulador.
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martes, 1 de diciembre de 2015

El día que no conoci a David Lloyd

Era el 27 de julio de 2015. Toru y su novio estaban instalados en la ciudad inglesa de Brighton durante una temporada de búsqueda de trabajo temporal. Esa misma mañana ella me dijo vía chat que estaba traduciendo La Librería de los Horrores a toda pastilla porque al parecer había algún tipo de convención de cómics por la ciudad. Me imagino que la pobre se enteró in extremis y de ahí las prisas. El guión de La Librería de los Horrores hacía ya diez meses que estaba escrito, pero eso no implica que estuviera publicado ni mucho menos dibujado. 

Aquella tarde me encontraba en el pueblo de mi novia, en la piscina de su familia. Bebía cerveza en camiseta y bermudas mientras a mi vera jugaba mi sobrino de diez meses (curiosamente el mismo tiempo que llevaba el guión escrito). Básicamente mi estado mental era la definición del paraíso, hasta que leo en mi móvil dos mensajes de Whatsapp que nos había enviado a un grupo de amigos. 

«Estamos con David Lloyd —decía el mensaje—Rocío le está enseñando La Librería y otros dibujos



Mi primera reacción fue decir «hijos de puta». Es decir, yo me encontraba bien, estaba en el Edén, pero ellos estaban mejor que yo. Ellos estaban frente a un semidios. David Lloyd, dibujante de V de Vendetta, había trabajado con guionistas de comics de la talla de Grant Morrison, Jaime Delano, Garth Ennis, Warren Ellis y Alan Moore. Conocerle sería para mí algo más que un honor, sería un sueño hecho realidad. Maldecía mi suerte mientras moría de envidia de no estar en Inglaterra con ellos, y estrechar la mano aquella leyenda viviente, cuando caí en la cuenta de algo: David Lloyd había visto mi comic. Y digo «visto» porque doy por hecho que no lo leyó. 
Creo que la moraleja de esta historia es que no existe más cielo o infierno que el que llevamos con nosotros. Que la envidia no es más que maldecir las proezas ajenas sin tener en cuenta las propias y que cada uno de nosotros forjamos nuestra propia suerte. 
Eso, y que desde ese día solo tengo dos grados de separación con David Lloyd y tres con Grant Morrison, Jaime Delano, Garth Ennis, Warren Ellis y Alan Moore.

RAFAGAST
28-07-2015

A los meses de esto, y coincidiendo con el día de mi cumpleaños, Toru me trajo esta ilustración, dibujada y firmada por David Lloyd en persona. Y es que a esta chica uno no puede hacer otra cosa que quererla. Gran artista, mejor persona.

RAFAGAST
1-12-2015

domingo, 1 de noviembre de 2015

¿Por qué «La Librería de los Horrores»?


Terminé de escribir el guión de La Librería de los Horrores el 1 de octubre de 2014 por la mañana (o todo por la mañana que puede ser cuando uno se levanta pasadas las doce). Esa misma tarde, Toru y yo tuvimos una videoconferencia con el fin de hablar de posibles cambios significativos en éste y, en caso de haberlos, sobre cómo lo íbamos a hacer y tal. Durante el transcurso de la conversación, Toru llegó a decir que la historia le parecía «bonita», comentario que provocó un aluvión sinfín de chistes sobre lo bello o bonito que puede ser una historia que trata sobre la antropofagia. 

¿Cómo surgió La Librería de los Horrores? 
Como casi todo lo que me planteo hacer en serio, empezó como una broma. Esa broma era la siguiente: ¿Cómo sería Ghoul si fuera un ghoul? Como algunos sabréis, Ghoul toma su nombre, o más bien apodo, del anglicanismo de una criatura necrófaga de la mitología árabe (la cual tiene el prestigio de salir en Las mil y una noches) llamada Gul (el término Ghoul y Gul no han sido reconocidos por la R.A.E, por lo que en muchas obras de ficción optan por traducir Ghoul como Necrófago). Le comenté la idea a Toru y le gustó, cosa que hizo que, acto seguido, mi cerebro empezara a trabajar en posibles gags o situaciones en las que podríamos meter al recién bautizado Ghoul-ghoul. El problema era que todas situaciones nos parecieron demasiado manidas o que, en su defecto, no eran lo suficientemente buenas. Casi parecía que la idea original hubiera tomado consciencia de sí misma y canibalizara el medio en que se metiera (como una piraña en una pecera o una manada de hámster pasada la pubertad). Dicha idea necesitaba un espacio propio en el que desarrollarse, un ecosistema en el que evolucionar, su propio coto de caza. Por esto mismo, le propuse a Toru hacerlo como una historia breve (originalmente iban a ser tres páginas, pero, una vez me puse manos a la obra, vi que requería de dos más para desarrollarla bien) cosa que le pareció correcta. Para mi vergüenza, la verdadera idea que me hizo posible escribirlo bien no fue mía sino de Toru. «Que no sea ni un sueño ni una fantasía-creo recordar que me dijo, aunque cualquier parecido entre mis recuerdos y lo que verdaderamente dijo será siempre pura coincidencia- que sea real». Esto significaba que no tenía que integrar La Librería de los Horrores en La Librería lo que fue para mí fue un verdadero alivio en realidad (no tenía que explicar nada solo mostrar). De repente, surgieron flashes en mi cabeza de una historia completamente autónoma e independiente, flashes que plasmé en papel, que no me gustaron, pero que mi cerebro devoró (como si fuera un viejo sabio de una tribu caníbal o un gusano aplanado que supiera cruzar un laberinto) para poder escribir la historia final. 

¿Qué es La Librería de los Horrores? 
Me gusta imaginármela como una burbuja, un espacio de aire separado del resto ¿Esta historia sería canon? Sí, pero no el canon de La Librería. Si os fijáis cuando Elisabel ve al Ghoul-ghoul pregunta «¿Qué es eso?» no «¿Qué le ha pasado a Ghoul?» esto nos delata que Elisabel no conocía a Ghoul. La Librería de los Horrores sucede en un universo paralelo en el que, en algún punto del pasado, Ghoul acabó transformado (despertando algún tipo de gen recesivo atávico) en un auténtico ghoul. Sauron, al ver que su único amigo se había transformado en un monstruo devorador de carne humana, pierde la cordura, convirtiéndose en un psicópata que decide encerrar a su antiguo amigo en un sótano y criarlo, alimentándolo de víctimas que él mismo le proporcionaba. Dado que un psicópata tiende a estar alejado, o enajenado, de las emociones humanas, este Sauron no siente nada por Elisabel, por lo que no le importa sacrificarla. Claramente, todo este contexto pasado no aparece, ni se explica, en la historia, pero tampoco hace falta ponerlo, o explicarlo, todo. Igual que Edgar Allan Poe en la Filosofía de la Composición nos desvelaba el verdadero secreto de su poema El Cuervo, éste no es necesario para que su obra tuviera sentido por sí misma o, por lo menos, para poder disfrutarla. Al fin y al cabo, lo verdaderamente interesante es lo inexplicable o lo desconocido. Aun así, quería mostrar esta ucronía con el fin de plantear la siguiente reflexión: La única razón por la que podemos leer la historia de amor de Sauron y Elisabel en La Librería es porque Ghoul no es un ghoul (parece que no estábamos muy desencaminado en aquello de que se apareciese como un querubín en la tira ¿Quién puede matar a un Querubin?, al final solo le falta un arco y una flechas para ser un Cupido entre los dos ). 

¿Por qué La Librería de los Horrores? 
 Después de todo lo anteriormente expuesto , me propongo a responder a la pregunta que le da título a este escrito. Porque podíamos y porque queríamos. Para nosotros, ha sido una brisa de aire fresco en comparación a lo que normalmente hacemos. Nos gusta hacer La Librería (y no os podéis imaginar cuánto) pero también nos gustaría poder hacer otras cosas. Experimentar, usar nuevas técnicas, probar otros estilos, otras narraciones, otros géneros, etc. Y lo hemos hecho, tanto Toru como yo. Lo que me lleva a una última reflexión: en el momento de mi vida que decidí (a muy temprana edad) que quería dedicarme a escribir historias supe que los géneros que más me irían a costar serían dos: la Comedia y el Terror (en este último género coincidimos Toru y yo sobre «respeto a la hora de trabajar»). Curiosamente, ambos géneros están relacionados con los conceptos de Eleos y Phobos que Aristóteles introduce en su definición de la Tragedia en su libro Poética ¿La razón? Muy sencilla; ambos géneros apelan o tratan sobre emociones humanas (júbilo y desasosiego), y pensaba que no dispondría del talento o sensibilidad suficientes como para poder trabajar con ellas. Podéis pensar que, por la misma razón, debería de costarme igual escribir sobre género amoroso (que no romántico) pero, seamos sinceros, el amor como género literario es lo más comercial del mundo (sino, encended la radio y fijaos de qué van el 50% de las canciones que escucháis). A día de hoy, soy una persona podríamos decir que… más o menos, adulta; que escribe los guiones de una sitcom y que acaba de escribir el guión de una historia corta, pero quiero pensar que intensa, de terror. La Librería de los Horrores es una historia de miedo, pero fuera de las cámaras y los focos, en su making off, es una historia de superación y experimentación. 

Que tengáis dulces pesadillas y comed bien. 
RAFAEL VERDEJO ROMÁN 
2-10-2014

martes, 20 de noviembre de 2012

Post-Salón del Manga

Articulo sobre el Salón del Manga aquí.



Negativo: Queda bastante claro.
Positivo: Toru chupando cámara.

PD: Intentare subir fotos propias próximamente.